jueves, 26 de julio de 2012

¡VEINTE AÑOS!


¡VEINTE AÑOS!

  El día amaneció hermoso, fresco, claro, pero para mí era ¡Gris y Opaco! 
¿Porque? ¿? Recostada al ventanal observé la gente al pasar…
Algunos con prisa y otros sin afán… 

Y pienso… “Cada uno de ellos tiene una historia de amor que contar quizá con un feliz final” 
¡O tal vez como la nuestra con un triste desenlace! 
¡Pero historia de amor al fin! 

Es entonces cuando recuerdo el por qué mi día es gris y opaco 
Hoy… Hace veinte años de tu temprana partida… 
¡Iré a visitarte! ¡Veinte Años! 

Me dirigí al camposanto llevando entre mis manos un ramo de rosas blancas,
deposité en ellas un beso e hincada de rodillas ante tu tumba…
¡Después de veinte años te quiero confesar! 

¿Sabes que durante todo este tiempo no he dejado de recordarte un solo día? 
¿Qué desde hace veinte años mi vida ya no es vida que mi alma está vacía y dolida?
¿Sabes que a veces me siento culpable por no haber estado en casa aquel fatídico día en que fuiste a buscarme desesperado y le dijiste a mi madre que tenías que de decirme algo? 
¿Qué sería? ¡Ese “algo” ha sido mi tormento desde ese día! 

Sólo dejaste un recado “Regreso a las diez” y nunca volviste…
 ¡A esa hora ya estabas muerto! 
¿Por qué no fuiste a mi oficina como siempre lo hacías? 
Si me hubieses buscado allí te habría escuchado y hoy estarías aquí a mi lado o tal vez al lado de “ella” pero ¡Vivirías! 

¡Pensar que donde “Ella” te estaban esperando…! 
¿Por qué opusiste resistencia? ¿Porque no entregaste ese maldito auto? 
¿Qué pasó? ¿Qué querías decirme? 

¡Dios mío han sido veinte años de incertidumbre y secretos!
¿Sabes que el auto nunca se reclamó? ¡Tu padre no me dejó! 
 ¿Por qué? ¡Nunca lo supe! Simplemente ¡Se perdió! 

Pero es bueno también que sepas que durante estos veinte años me he enterado de muchas cosas… 
¡Por ejemplo que dejaste una casa a nombre de ella! ¡Mientras… tus hijos y yo aún pagamos arriendo! ¿Qué dejaste un Seguro de Vida y los beneficiarios fueron ella y el hijo que juntos tuvieron? 

Bueno… 

¡Déjame decirte que me fue duro sacar a los niños adelante y hacer de ellos personas de bien!
¡Que pasamos hambre y necesidades! ¡Qué lo perdimos todo porque tuve que pagar todas tus deudas, las cuales nunca supe de donde salieron!
¡Qué dormimos sobre una sábana en un piso duro y frío! ¡Qué tu familia nos ignoró!
¡Qué tus hijos tuvieron que trabajar para poder pagar sus estudios porque hubo momentos en que las fuerzas me flaquearon y no quería defraudarte por el gran amor que te tenía! 

¡Porque pensaba que desde el cielo tú me estabas apoyando y sabías que era una guerrera! 
Cuando en realidad ese apoyo perfectamente pudiste habérmelo dejado antes de irte… 

¡Sí! Soy una guerrera de la vida… 

Es bueno también que sepas… 

 “Ella” se reconcilió con el esposo a los seis meses de tu partida y lo llevó a vivir a la casa que le compraste.

 Actualmente tu hijo trabaja para sostenerse porque el padrastro se gasto la herencia que le dejaste. 
¡Pero es un buen muchacho! …¡Es Policía! 

El hijo que dejaste en mi vientre… ¡Es Comando de las Fuerzas Especiales del Ejercito! 
Que cosa… ¡Al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas! ¡Dos militares!
¡Lo que tanto odiaste! No te preocupes que la niña no es policía…
¡Estudio Enfermería! 

Mi madre… Esa mujer que te quiso tanto, cuando se enteró de la verdad se entristeció muchísimo, pero aun así me brindó su apoyo, pero poco a poco a medida que las cosas iban empeorando fue evadiendo la realidad y un día cualquiera le diagnosticaron Alzheimer…
El único día de lucidez que tuvo después de ese diagnóstico, fue el mismo día de su muerte…

¡Murió con tu nombre en sus labios! 

Yo… Hubo un tiempo que fui una pirata, con parche en el ojo y todo, para no ver lo que me dolía, saqueaba la alegría de los perros y el calor de las familias… 

Después me convertí en una amazona y así cabalgando por la vida saque los chicos adelante. 
Actualmente soy encantadora de palabras frente a la pantalla de un computador…
 
No te imaginas la cantidad de cosas que he sabido de ti desde el mismo día de tu muerte, es verdad eso que dicen que “El interesado es el último en enterarse” 
Sinceramente estuve casada con un desconocido… 

Hay momentos en que he tratado de justificarte pensando que tal vez la vida no te dio tiempo para poner las cosas en orden, pero analizando bien las cosas ¡Tuviste todo el tiempo del mundo para hacer los cambios y proteger a tus hijos aunque no me hayas tenido en cuenta! ¡Simplemente a mis hijos los ignoraste! 

¡Que Dios haya perdonado tus culpas! 

He pasado veinte años de mi vida recordándote, extrañándote, justificándote ¡Pero ya no puedo más!
No puedo seguir engañándome, llegó la hora de aceptar la realidad… 
¡No puedo seguir idealizándote! ¡No puedo seguir haciendo de ti un ídolo de oro, cuando en realidad fuiste un ídolo de barro que desde el mismo día de tu partida se empezó a desboronar cuando vi a esas dos mujeres desconocidas como lloraban desesperadas ante tu tumba! 
¡Eran tus amantes!
¡Es por eso que estoy aquí! ¡Vine a gritarte mi verdad! 
¡Una verdad que me desgarra el alma! ¡Una verdad que durante veinte años he mantenido oculta para no empañar la imagen que tus hijos tienen de ti!
¡Esta es la última vez que te visito! ¡Por ti nunca más una lágrima voy a derramar! 

Y soltando el ramo de rosas, di la espalda y a paso lento me aleje para siempre de la tumba del hombre que tanto había amado en la vida, sin volver la vista atrás, musitando…

 ¡Descansa en Paz! 

¡El Pasado junto a él lo acababa de sepultar!
 ¡Después de veinte años al fin me pude desahogar!




 

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