sábado, 6 de julio de 2013

¡EL PERDIDO



¡EL PERDIDO! 

Sorprendida y llena de tristeza observaba como estaba destrozado en medio del basural aquel cuaderno de borrador por el cual tantas lágrimas había derramado. 

De repente se vino a mi mente todo lo sucedido después de la pérdida del cuaderno, mi madre me azotó, me castigo y me obligo a pasar el cuaderno que previamente 
me había prestado una compañera de curso, en medio del llanto trataba de explicarle que el cuaderno de borrador de mi compañera no era igual al mío, que era más sencillo 
que me prestara los cuadernos para pasar los temas que no tenia.
Pero ella no entendía razones, mi madre era una mujer muy terca de carácter fuerte y las cosas había que hacerlas como ella ordenaba. 

Yo tenía mucha tristeza y no quería llenarme de rencor porque en esos días haría mi primera comunión, pero mayor fue mi decepción cuando mi madre me tomo 
de la mano y me llevo al colegio y una vez allí, en el despacho de la directora  alzo la falda de mi uniforme y mostró como trofeo los latigazos amoratados en mis piernas… 

Había orgullo y complacencia en la mirada de mi madre y en el de la directora un gesto de horror. 

Una vez hallado el PERDIDO y sobre todo en extrañas circunstancias, mi madre me abrazo y me pidió perdón. 

Han pasado más de cuarenta años de esta historia y aun recuerdo el triste episodio de mi cuaderno de borrador el cual a los pocos días fue encontrado hecho pedazos en un basural, pero  los latigazos a pesar del tiempo 
aun los llevo gravados en el corazón…



10-383-56 




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