sábado, 16 de noviembre de 2013

¡AMANECER SI TI!

  ¡AMANECER SI TI!
 
 
Los rayos del sol me sacan del profundo sueño y su brillo se filtra a través de mis ojos soñolientos, haciéndome saber que ya ha amanecido. 

Sin abrir los ojos, estiro mi brazo para sentir tu cuerpo descansando junto al mío y encuentro el lugar vacío. 
Abro los ojos desechando de golpe la pesadez del sueño y no te veo. Es entonces cuando me doy cuenta de que había soñado que estabas a mi lado... 
Una vez despierta me he puesto a pensar que desde el primer momento que supe de tu existencia, sentí esa paz interior, esa alegría inmensurable, esa placidez, esa seguridad y energía que me infundía el saber que en algún rincón de este mundo tan globalizado hay una persona tan especial. 
Poco a poco he ido descubriendo tus muchas cualidades, tu belleza espiritual y tus grandes valores internos; todo ello me va conquistando y a su vez va uniendo nuestros destinos. 
 Admiro, entre otras cosas, tu exquisita sensibilidad y la gracia natural con la que me explicas lo que te acontece. 
 Eres tierno, dulce y sencillo. 
En cada palabra tuya percibo esa magia que da color y vida a todo aquello que te rodea. 
Ahora solo queda despedirme hasta nuestro próximo encuentro pero antes deseo darte las gracias por estar ahí.
 



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