jueves, 12 de junio de 2014

¡LA SIRENA VALLENATA!


 ¡LA SIRENA VALLENATA!

En un hermoso bosque situado en las altas montañas vallenatas en las riberas del Rio Guatapurí vivía una pareja campesina, la cual tenían una hermosa y traviesa niña que era la alegría del hogar. 

La hermosa niña piel de marfil, labios de rosa y larga cabellera negra, solía ir todos los días a jugar en los verdes prados, correteaba mariposas, recogía flores y cuando se sentía cansada se sentaba bajo la sombra de un árbol de cañahuate a la orilla del Rio. 

Y así de la misma forma como el tiempo iba pasando, la niña fue creciendo hasta convertirse en una hermosa jovencita, que seguía con la misma rutina de cuando pequeña, corretear mariposas, cortar flores y descansar debajo del árbol a orillas del Rio.

Cierto día la madre le advirtió que podía bañarse en el rio todos los días del año menos los Jueves y Viernes santos, por ser días sagrados y misteriosos.

Así paso el tiempo, hasta que un día jueves santo, la niña desobedeciendo la orden de la madre, fue a bañarse al río, esta al enterarse, salió enseguida a buscarla para reprenderla, pero su búsqueda fue inútil, solo encontró sobre una lustrosa roca del lado más angosto del río, la toalla, la peinilla y la jabonera, pero no había rastro de niña. 

La buscaron por varios lados y por los alrededores del bosque, pero esta búsqueda fue infructuosa, a la mente de todos llego que la jovencita se había ahogado y el pueblo entero en colaboración con los pescadores salieron prestos a rescatarla. 

La bucearon todo el día y toda la noche… 

Pero cuál sería la sorpresa de todos cuando al salir el sol, la niña asoma su hermoso rostro sobre las aguas cristalinas, ¡Esta viva! gritaron todos, pero enseguida se sumergió diciendo adiós con su Cola de pez.

Todos los presentes comprendieron enseguida que la desobediencia de la niña había sido castigada bajo el misterio inefable de la semana santa, la hermosa niña se había convertido en una ¡Sirena!

 Desde ese acontecer el pueblo se une en romería todos los Jueves Santos para ir a visitar a la Sirena que en las noches de luna llena con su melodioso canto enamora a extranjeros y solitarios que pasean a la orilla del río… 

Algunos los mas crédulos regresan felices y satisfechos de haber escuchado su canto, otros los menos crédulos regresan frustrados por no haber podido satisfacer su curiosidad, aducen que la sirena no sale ni canta porque en el mundo hay mucha maldad. 

La Sirena tiene su monumento erguido a la ribera del Rio Hurtado, en el mismo lugar de su desaparición.

¿Mito o realidad? Lo único cierto es que la sirena es símbolo de desobediencia en Valledupar.
    

 


DNDA@COLOMBIA 
JUNIO 12 DE 2014

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